miércoles, 14 de diciembre de 2011

Entre silencios... y contra natura...


Llega la navidad, y con ella un poco la depre, porque no es el tiempo que mejor me haga sentir, tal vez hasta me ubica más en la pesadumbre, y el color oscuro del futuro, que no es que se acerque, es que lo veo venir.

Estas fechas son especiales para muchísima gente, tal vez porque la distancia que habitualmente los separa, en momentos puntuales, se reducen a una servilleta y unos cubiertos, y me alegro por esas circunstancias personales, pero en mi caso, las personas que me quiero están a muy poca distancia, así que no hay regocijo positivo en el encuentro.

Busco más motivos que me hagan alegrar.

Uy, el sábado noche, cena de empresa. Es en un restaurante, seremos muchos, y paga la empresa. Hasta ahí, todo bien. Pero sigo tiñendo de un matiz oscuro lo bueno. Espero poderme sentar en una mesa de "currantes", y no de jefes, ni de mandos intermedios, que aunque me encuentro en un punto medio de estas dos categorías, siempre me he sentido más cómodo rodeado de gente natural, y campechana, gente que te ves venir.




Además, en Catalunya, tenemos una presión asfixiante en el tema del control de alcoholemía en el tema coche, y claro, esas noches, como que la presión aumenta a grados preocupantes, que me parece bien, pero joderrrr, que ni un par de copitas de vino puedes tomar.

No sé, han sido varios años que me he negado a ir, a la cena, y esta vez, sin saber muy bien el por qué, he dicho que sí, y ahora no me voy a echar para atras, ni mucho menos, hay que ser consecuente con las decisiones.

Sigo buscando temas que me motiven. Laboralmente hay una nebulosa muy complicada en estos días de parón de navidad, y eso me perturba más todavía, y como es el sino de un cáncer, imagino miles de motivos para esa nebulosa, y como no, miles de situaciones posibles, y a qué o adivinaís si son cosas positivas o negativas ???... está claro, sigo la tendencia... muy negativas.




Si hasta encima de mi cabeza tengo una pantalla de florescentes, con dos de ellos parpadeando, lo que molesta y en mi caso, asusta, ya que cada vez que tenemos un bajón de tensión, la instalación y mis robotitos se ven afectado, y cada parpagueo del florescente, me hace estar en tensión, en demasiada tensión.

Y por último, un silencio que se prolonga desde hace unos días, tal vez solo son horas, pero se me hace largo, enorme, intenso, y como no doloroso... pero quiero estar tranquilo, sosegado, y ser capaz de evaluar las cosas con la paciencia que el hombre cáncer no posee, ni mucho menos, pero que en su interior descubre, como yo descubrí hace un tiempo.

Con todo esto, la navidad no me gusta. Además, hace frío.



Aprovecho para desearos a todos los que signfica algo positivo, estos días. Seguro que antes de que todo pase, a las fiestas me refiero, habrá más post, tal vez para contar mis peripecias en la cena de empresa, o tal vez para explicar el silencio... duele, el silencio duele...

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