Por ti... para ti... mi niña... mi mujer...

Hace unos días fue tu cumpleaños, sabes que siempre recuerdo los días puntuales, y que si son de personas allegadas, los suelo plasmar de alguna manera en mi blog, quiero que queden escritos, porque la letra hace que las palabras perduren, ya que, pasado el tiempo, pueden ser leídas, y releídas, como yo quiero hacer con este blog, detenerme, coger tiempo, y repasar cada post, cada texto, cada momento...

Y hoy el momento es tuyo, porque como buen hombre cáncer, vivo mis propias reglas, mi propio momento, y aunque cumplo con lo estipulado, dando regalos en el día que toca, regalos que como casi siempre te emocionan, también soy amante de las pequeñas sorpresas, de los regalos que surgen del corazón, de los dedos que transmiten mis sentimientos.

Hoy digo que soy feliz... gracias a ti, esa persona que llegó a mi vida, que entró como un vendaval, que me acogió en su regazo, que me regaló su amistad, su amor, que me apartó la sábana, y me dejó llacer una y otra noche a su lado, quien me dejó "dejar" el cepillo de dientes en tu casa, la que sin protestar vio como ya cada noche dormía acompañada, la que vio que su intimidad ya no era solo suya, la que aprendió a vivir acompañada, quien me ayudó a entender la vida en común, mientras era una niña que vivía las primeras lecciones, siendo para mi una gran maestra, la que me amó intensamente, la que me deboró, la que me hizo gemir, la que me provocó orgasmos intensos, la que me regaló su placer, y aprendió a sentirse amada, la que me amó, y la que hoy sigue a mi lado, y yo al suyo...




Hoy tengo que reconocer, que los dos hemos cambiado, que la intensidad del inicio, ha dejado paso a una sensación nueva, pero más duradera, la de ser completo, la de sentirme unido a ti, la de no imaginar una mañana sin levantarme a tu lado, o una noche sin estirar mi mano, y tocarte, como cada noche hago, dormido, me giro, y estiro la mano, y la poso en tu cadera, tu hombro, tu mano, tu brazo, tu pierna, da igual, lo que me da paz y tranquilidad es saberte ahi, a mi lado, y me duermo, y sueño...

Hoy te digo que te quiero con locura, hoy te digo que no miro a mañana, que soy feliz, que alargo cada segundo que paso junto a ti, que verte cada día en nuestra casa, con nuestros perros, me hace sentir orgulloso, adulto, hombre, complacido, enamorado, alegre, me hace sentir que la vida tiene muchas cosas más que darnos, nos las debe, y que llegaran, pero hoy solo quiero llegar a casa, después del partido de mi Espanyol, y verte en la puerta, mientras aparco, con la Dallas y el Negro en la vaya esperando que baje, para recibir su cena... y tú, ahí, mirando y con una sonrisa en los labios...

Y entonces verás mi mirada, la mirada del hombre que te quiere, del hombre que está deseando llegar a su casa, y compartir un rato de charla, preparar la cena juntos, disfrutarla, y luego tumbarnos en nuestro sofá, uno al lado del otro... y de nuevo, te observaré mientras te duermes... y te susurraré como casi cada noche, que te quiero... que eres mi vida...

Felicidades Anabel... de tu niño...