Entre la ansiedad y la oportunidad... me quedo con la salud

Hace días que no escribo, tiene un motivo, uno que tal vez hace años lo hubiera aceptado sin más, pero estoy en una edad, en la que debes "escuchar" a tu cuerpo, un momento, en el que la salud y el bienestar, se llevan mal, o bien, depende de como seas capaz de encararlo.

En mi mundo laboral, del que alguna vez he dado pinceladas, el stress es muy presente, en verdad, diría que solo estos ratos delante de la pantalla, me hacen elevarme, y olvidar por un rato donde estoy, es como si me sentara entre vosotras y os contara mi vida, narrador empedernido, eso es lo que soy.

Se me presenta una oportunidad de ascender en el trabajo, más responsabilidad, más peso, más importancia, más ... cash ???... jajajja.. de momento no, como todo en la vida, pero sí que habrá más cash...




La verdad es que parece interesante, pero como todo en la vida, lo tienes que colocar en una balanza, y ubicar los pro y los contra.

Pero esta vez hay algo nuevo, es como un reloj interno, que de pronto se ha puesto a lanzar alarmas, a hacer sonar músicas estridentes, que me atormentan en las noches, que deberían ser placenteras, y son todo lo contrario.

Pobre Anabel, sustos se lleva en la noche, cuando de golpe, y en un salto casi sobrenatural, nota como me pongo tenso, y me ve despierto, siguiendo ratos de girar y girar.




Noches de insomnio, prolegómenos de otras que vendran, tal vez por evaluar mi mente, en el descanso de la nocturnidad y el silencio, el futuro que le espera.

Sí, te escucho !!! Háblame cuerpo, dime que es lo mejor ahora... y me lo dice.

Me grita que en la vida, hay un momento para todo, un momento para lanzarse al progreso, si hace falta a codazos, algo que no he hecho en la vida, porque no es mi estilo, pero sí he aprovechado sitauciones y trenes que pasaban delante de mi...

Pero hay otros momentos para disfrutar de la rutina, del día a día, de estos textos, de estos ratos, de llegar a fin de mes con lo justo, de mirarte lo económico, pero sabiendo que eres feliz, que sales del trabajo, realizas la compra en el Mercadona o el Caprabo, dependiendo lo que tengas que adquirir, luego te vas para casa, y te das un paseo por la montaña que nace en la misma puerta, con tu bici...




Y más tarde, llega Anabel, y juntos los tres, Anabel, nuestra perra Dallas, y yo mismo, nos damos un paseo a pie, disfrutando del verdor de la primavera, de la frescura de la tarde-noche, y de los saltos que da Dallas en los charcos, jugando a un juego que ella cree normal, cuando lo que provoca son gritos de desesperación, porque ya estamos empapados, jajajajaja....

Mi cuerpo me pide esto, y no más dinero y muchas horas más de trabajo... mi cuerpo habla... y yo lo escucho...

Mil besos para todas y que tengaís un buen inicio de semana...