Cambio mi amistad y todo lo mío ... por máquina del tiempo

Hoy, aquí sentado delante de este teclado, lanzo una demanda al mundo, una demanda sencilla, y complicada, pido algo pero doy algo a cambio, que es lo que más peso tiene, pues no lo sé.

Que busco:

Máquina del tiempo, para realizar un solo viaje. Deberá ser entregada en mi domicilio, con tres condiciones, bueno cuatro. Una de ellas es que no contamine mucho, ya que demasiado corroído y destrozado está el mundo, como para que encima la dichosa máquina ensucie más, a poder ser que no funcione con gasoil, que está demasiado caro, tal vez solar.

La otra condición que necesito, es que me lleve al instante exacto, en el lugar idóneo, a la hora perfecta, justo antes de aquel movimiento.

La siguiente condición, es que posea un botón de autodestrucción, que una vez pulsado la haga saltar en millones de pedazos incandescentes, que en apenas unos segundos se conviertan en pequeñas briznas, además, una vez realizado el primer “vuelo” debería entrar en modo autodestrucción automáticamente, de esa manera evitaríamos el vicio de estar cambiando de fecha.

Por último, la entrega de los planos, y que sea modelo único, ya que una vez hecho el “vuelo”, ya no podría ser que nadie viniera con otra máquina igual a “joder” mi cambio.

Qué ofrezco:

Mi sonrisa. Esa energía que brota de mí, y que infinita, al contrario de casi todas las que existen en nuestra vida, regala momentos de vida de alegría, sin buscar nada a cambio, tal vez sí que gires por un momento el cuello y simplemente me la devuelvas, tal vez que en ese momento malo, la veas, y te des cuenta de que devolverla te hace sentir bien, además es un ejercicio, así que el que esté preocupado por las calorías y por el peso, podría probar a sonreír, os aseguro que una buena sesión acaba dejando dolores en las abdominales.

Mis ahorros. No serán necesarios para ese momento al que quiero ir, ese momento tiene suficiente fuerza y peso específico como para que el mundo material ya no valga la pena, tiene tanta carga emocional que nada de lo mundanalmente entendido como posesión de una cosa sea importante, tiene tanto amor a dar, que ni siquiera la fortuna más grande de este mundo podría conseguir.

Mis experiencias y mis sensaciones. Mis noches de contacto con la gente, noches en Barcelona donde todo el mundo es egoísta, donde no se da un paso si no hay una intención o un motivo, donde todo son subterfugios de búsqueda del sexo contrario, donde se pierde el gusto de conocer por conocer. Noches en Vigo donde me descubrieron el arte del deleite del encuentro, donde la gente disfruta de una copa, de un baile, de una frase, de un momento, sin que luego deba ser un enganche o una cadena, donde la gente se busca, se encuentra y se conoce, y luego, siguen su noche, cada cual por su camino, donde la gente es viva, natural y sana. La noche de Valladolid donde la postura, la pose, y el como coger la copa es lo más importante, donde la arrogancia, la marca y la arruga están al orden del día, donde el que opinen, que gomina, y que coche es lo que pesa. La noche de Granada o de Málaga, donde lo importante es ser tu mismo, buscar tu rincón, reír, charlar, comunicar, donde todavía queda un refugio de la inocencia, mezclado con el hedor del interés, noche que descubro, y que cada vez que la descubro, encuentro que no la conozco, noche del sur, noche de pasión, de color, de olor, y de vida. La noche de Zaragoza, donde en el tubo las cervezas van y vienen, donde la gente se mezcla, donde el sudor une, donde los roces están al orden del día, donde las personas se muestran y se encuentran por segundos, donde el alcohol rompe barreras, donde las calles no son capaces de albergar el movimiento de gente hacia arriba, y hacia abajo. La noche de Soria, donde… bueno donde ellos beben, y ellas apenas bailan, pero cuento he bailado allí, cuanto he sido ese personaje extraño, pero ello me ha empujado a ser más yo mismo que nunca, cuanto he disfrutado, tal vez pareciendo lo que no soy, pero lo que me da igual, en cambio ha sido un lugar donde la gente, reacia al trato al inicio, han acabado siendo contertulios perfectos en los gritos que son la comunicación a las 5 de la mañana. La noche de México, en la que ellos y ellas bailan sus bailes típicos al estilo cowboy, disfrutan, no fallan, marcan un dibujo ancestral de movimientos harmónicos, de sutileza de compás, todos juntos y a una, en una pista que de pronto, después del espectáculo del rodeo, se torna musical, viva, fugazmente maravillosa, y donde la gente cambia, se muestran, y yo con ellos, donde disfruto y sorprendo, por tal vez la imagen que se habían hecho del serio trabajador y respetuoso catalán que los visitaba, en cambio allí, no había nacionalidades, no había colores ni banderas, todo era deleite del placer de bailar y de la música. La noche del ambiente, mi noche, donde yo navego en un mar de nubes, donde me siento flotar, donde dibujo con mis manos bailes llenos de sensualidad, bailes que siento y que transmito a mis brazos, piernas, manos, sin importar las opiniones, bailes que dicen de mí que mi sexualidad está cerca de la homosexualidad, en cambio es todo lo contrario, pero ahí, ellas, mis hormonas femeninas me poseen, y tal vez más que nunca, me hacen danzar como cual mujer que disfruta de la música que penetra por sus oídos

Mis conocimientos. Los producidos en mi época universitaria, y los más valiosos, los procedentes del mundo laboral, las ostias que he recibido se cuentan por miles, pero de cada una de ellas he sabido levantarme, y extraer una enseñanza, metáfora o cicatriz, convirtiendo mis 35 años en una experiencia equivalente a la de un señor de 50. Peso específico fuerte en mi mundo, artista de mi trabajo, y sobre todo enamorado de él, tal vez yo y los futbolistas somos los únicos que hacemos lo que nos gusta de verdad.

Mis amigos. Esto es más complicado, sería una cesión, pero siempre a voluntad de los afectados, porque ellos tienen voz y voto, si no, no serían mis amigos, amigos a los que quiero tener el derecho de recuperar, pero simplemente porque me los gane, amigos que son todos una base perfecta, porque me he sabido ganar su confianza, su amor, su cariño, y su comparsa. Invertir en paciencia, sinceridad, caricias, cenas, charlas, momentos buenos, momentos malos, atención, escucha, acompañamiento, paseos, viajes, traslados, visiones, borracheras, noches largas, noches cortas, mañanas frescas, tardes calurosas, problemas resueltos, problemas pendientes, ser sobre todo yo mismo.

Qué quiero arreglar o cambiar:

No lo sé todavía, sé que me gustaría dar un salto atrás, realizar un giro en mi vida, ver como sucederían los hechos si en aquel preciso instante cambiaras la decisión, ver si tal vez con el paso de los años tu vida sería una familia desestructurada, donde cada uno de los adultos navegara en un mundo diferente, donde tal vez la descendencia viviera esa situación de no saber donde vive o donde duerme, o tal vez mi vida fuera una aceptación de la unión, sin importar que a cambio se perdieran mis directrices, mis dogmas, mis pensamientos, mis creencias, tal vez una vida parecida a la de muchos, con su mujer, sus hijos, sus devaneos, sus amantes, amantes que les dan el complemento que su pareja no les transmite, personas que los complementan, y los llenan, personas que varían, ya que en cada momento el hombre es caprichoso, bastante más que la mujer, personas que están, dejan lo mejor que tienen, y desaparecen.

Qué Coño !!!!

Pensándolo mejor, que no se construya dicha maquinita, que me quedo como estoy, seguro de mi mismo, valiente, luchador, con unas ganas locas de seguir viviendo mi vida, vida que creo en su mejor momento, que ahora es casi completa, que está preparada para dibujar un futuro, un futuro de apuesta fuerte. Vida que es mía, y pensándolo mejor, no hay nada en este mundo que valga lo que mi vida, espero que pienses igual que yo sobre la tuya…

Agur