lunes, 9 de junio de 2008

Descanso merecido... o "como" esquivar una lucha interna...

Es lunes, y a diferencia de cómo lo puedan encarar otras personas, yo lo tengo en mente como algo positivo, tal vez es esa sensación de estar totalmente reventado del fin de semana, de sentir todavía sobre mis hombros el peso del equipo de submarinismo, o la paliza de la bici, o el resquemor de esos brazos que ayer aprovecharon el sol, en verdad hoy empieza mi recuperación física... como me gusta!!, me encanta que el jueves ya me empiece a encontrar preparado para volver a dar la “talla” el finde, y volver a vivir momentos que me gustan, y con los que disfruto.

Es extraño, pero es así, me encuentro completo y feliz, y en estos días ni he tenido pareja, ni sexo, eso debe ser que me estoy convirtiendo al hermafrodismo, o mejor dicho, que acepto la situación, que convivo con esa sensación de estar súper ocupado, de no tener ni un momento para dedicar a nada más, porque vives en un vendaval de apenas 48 horas, en las que tienes previsto hacer de todo, y aún así, te parece que no haces nada, porque dejas tantas cosas en el tintero, que a veces tienes la sensación de que 24 horas al día, son eso, nada.

Alguien me dijo que cuando verdaderamente te encuentres tranquilo, cómodo, sin necesidades, y sin pensar en nada que no sea el día a día, entonces aparecería murphy, sí eso que todos conocemos, Murphy´s Law, o la ley de murphy, y que aparecería esa persona que me acompañaría en el resto del camino que me queda por recorrer en esta vida, pero creo que es demasiado aventurado, y demasiado presuntuoso, quien me va a acompañar durante tanto tiempo, porque pretendo vivir muchos años todavía, jajaja...

En verdad, la sensación que tengo, es un poco una situación demasiado tranquila, y demasiado sólida, como para permitir que venga alguien a mi mundo, y que lo vaya cambiando, que lo remueva todo, que lo haga mejor, pero que también lo haga peor, no creo que se lo ponga fácil, en verdad todos necesitamos de las relaciones personales, pero también es verdad que las solemos compensar con otro tipo de situaciones, de acercamientos más extremos a la familia, a los amigos. Quien no conoce a una amiga que vive y se desvive por un sobrino, o que tiene una amistad enorme con su cuñado, o quien no conoce a ese chico que disfruta de la relación con sus padres, son todo momentos de amortiguación de la soledad que corroe, como ayer me corroía cuando siendo domingo por la tarde, veía a las parejas aprovechar las últimas horas de sol de un buen día, dando un paseo por el río, tal vez haciendo pasar los coletazos finales de un fin de semana más, de un fin de semana que no les ha traído grandes novedades, pero tal vez cuando vives en comunión con lo racional, es decir, marido, hijo, casa, domicilio, es lo que deseas, que nada cambie que todo siga igual, que las horas pasen.

Creo que esa lucha, es la que se encuentra en muchos de nosotros, una lucha interna que nos provoca a veces la necesidad enorme de quedar con alguien, de querer compartir momentos íntimos, tal vez en una cena, o tomando una copa, y eso hace que rápido busques quien es el contacto más rápido y cercano, tal vez con quien te has cruzado dos mails en el mismo día, o a quien le tienes que contestar un sms, y provocas una cena, sin más, una cena que de pronto te ilusiona, que te hace sentir lleno, como si el hecho de tener un compromiso lo cambiara todo… al rato, ya más tranquilo y sosegado, te das cuenta de que no te apetece, que en verdad no tienes ganas de hacer lo que te has comprometido a hacer, que aparecen varias preguntas, por qué ese día? Por qué esa hora? Por qué esa persona?, te das cuenta de que mejor te hubieras estado callado, porque por un momento valoras la ilusión que ha podido crear en la otra persona, y te das cuenta de que ahora ya no puedes evitar la cita, que tal vez harías daño, y no quieres, ni mucho menos es lo que deseas, así que, toca cumplir. Además seguro que esa noche, que en esa hora, te aparecen mil compromisos más, cosas que sí te gustaría realizar, cosas que te llenarían, sin ser nada del otro mundo, aunque sea solo disfrutar de una buena película en un sofá.

Así, que vivan los fines de semana de stress, de esos que necesitan que te levantes a las 6 de la mañana el sábado y a la misma hora, o antes el domingo, y que estén llenos de actividades, para no tener tiempo de pensar, y organizar algo que luego te provoca arrepentimiento, incomodidad, y hacer algo que en verdad no deseas…aunque luego disfrutes del momento y te lo acabes pasando fenomenal…

Que comience el descanso que lo necesito como agua de mayo…

Agur.


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