viernes, 9 de mayo de 2008

Y llegó la LIBERACIÓN... y el Tormento

Hoy arranco lento, pesado, hasta cierto punto es el día en que me cuesta más teclear, en el que no se fluye con facilidad, tal vez la lluvia, tal vez todos esos abrazos que se han repartido en esta sección, o simplemente que escribir forzado no es mi estilo, pero sí que es cierto que ayer se me quedó algo en el tintero, tal vez terminar un tema, o mejor dicho, continuarlo, porque el tema nunca se acaba... esa es la idea...

De abrazos podemos empezar hablando, tal vez porque aunque parecidos, y de similar imagen, son todos diferentes y hasta contrarios. Hace poco dí dos grandes abrazos. Uno a alguien que lo necesitaba y no lo pedía, a una persona que tal vez podríamos erigir en protagonista del tema colita-con o colita-sin, una persona que necesitaba algo sólido, algo que la hiciera sentir no tan sola en este mundo tan frio a veces, y tan tórrido en otras ocasiones. Fue breve, apenas fueron 3 segundos, o tal vez fueron 3 horas, solo sé que tuve que dejar de abrazarla, porque la solidez de la amistad que le transmitía, me devolvía a mí su derrumbamiento, su decaimiento, tal vez por haber sido sorprendida, tal vez simplemente por haber recibido en el momento exacto, lo que más necesitaba y deseaba, y claro está, como poseedora del don de la feminidad, sin nunca pedirlo, ni siquiera sin atreverse a insinuarlo... fue un abrazo maravilloso... el abrazo de la amistad ferrea...

En Sant Jordi vino otro gran abrazo, este fue de los que a veces te reconfortan tanto que estarías todo el día dándolos, es el abrazo de la bienvenida, ese abrazo que todos damos a esa persona que se preocupa por nosotros desde la distancia, ya sea por conexión visual a traves de una pantalla, o simplemente esa amistad que sabemos que existe, que de vez en cuando se transmite en un fluir inmenso de sms diciéndote que existe, que piensa en tí, que no te sientas solo, y sobre todo que disfrutes del valor de su compañía. Ese abrazo lo reservas para el encuentro, sano, dulce, cálido, tal vez cercano a la sensualidad y al erotismo, porque a veces el incendio está asegurado, son tantas las energías que transmites con él, que las chispas son inevitables, que se prepare el cuerpo de bomberos... que van a tener que salir todos... que salgan, que salgan como salen en los calendarios... jajaja... ese abrazo es positivo está lleno de ilusiones, recompensa la atención recibida y prestada, es de largo de los más duraderos, pueden haber hasta minutos tranquilos sin decir nada, solo sintiendo su olor, su fragancia, tal vez te atrevas a acariciar su pelo como diciendo "tranquila estoy aquí, en tu mundo real, existo y vivo... respiro y duermo... ando y sufro... lloro y rio"... esos abrazos me gustan, los abrazos de bienvenida...

Pero la culminación de lo de ayer viene en el "otro" abrazo... jajaja... este es el complicado, este es el que más odio, el más pragmático, tal vez el que debería tener más contenido, el que yo obligaría a grabar en dvd y a pasarlo cada cinco minutos por la pantalla de la fémina que lo ha dado o recibido, el abrazo del final.

Ese abrazo suele ir acompañado de un tormento de situación, tal vez porque ese maldito poseedor de colita ha sido, es y no lo olvidemos nunca, será la ilusión de un corazón que se desmonta, de una vida que pudo ser y no fue, de una duda, de una no fustracción, porque la ilusión que provoca el hombre imposible nunca muere, no es capaz de machitarse, porque no es florece, es como ese eterno capullo que muestra unas opciones de ser magnífico, de llegar a ser una flor espléndida, pero que nunca se acaba abriendo, tal vez si lo hiciera, y fuera lo que se espera, tal vez en ese momento seríamos felices, sabríamos regar la planta en su justa medida para decirle lo que sentimos... pero tambien llegaría lo inevitable, la herrumbre y el tiempo que marchitan, que quitan el esplendor y la brillantez, que la van volviendo vieja y estanca, vacía de poder y de pasión, y así es mucho más fácil dejar atras una etapa, porque la has quemado la has vivido... pero y si el capullo no se abre... y no jugueís con juegos de palabras... no, porque a veces las colitas tambien las llamaremos capullos, como los mismos que las poseen... que ironía flor-órganosexual-mente...

Aquí hay mujeres de todos los colores... existen las "liberadas", las que no grabaron ese abrazo, las que tal vez se sienten importantes y sublimes porque tuvo la dignidad de decir adiós, de despedirse, de dar lo mejor de sí esa última noche, de devolver en cuenta gotas, lo que recibió a mares, de tal vez dar sutileza y gusto a esa despedida, hasta creen llegar a pensar que la vida de ese portador de colita vuelve a aquella noche durantes varios días más, tal vez hasta crean que meses después siga en la mente de ese hombre aquella situación... que equivocación... si al final solo está a la vuelta de la esquina... no existe esa liberación... el contacto está, y seguirá estando... así que la próxima vez, la de la nueva despedida... pon la cámara de video a grabar y disfruta luego mil veces de la imagen tal vez así, sí que lo entiendas...

Luego está la mujer "calmada", la que a lo mejor no pudo ni llegar a dar ese abrazo, la mujer que sufrió la gran despedida, porque el "capullo" de turno se fue sin casi avisar, se fue pero de verdad, entre la Conchinchina y Pernambuco, donde ni tan siquiera sabemos si hay mar o tierra, donde las vacas tal vez son sagradas, o donde son sacrificadas porque el hambre mata. Se va, creando un vacío, un hueco, un espacio que la mujer ocupa con una idea, la idea de la liberación, porque quiere pensar que ya no tendrá esa necesidad, ni tan siquiera la convicción de que alguna vez llegará de nuevo con su caballo blanco a salvarla de su rutina y de su día a día. Se enfada consigo misma por haber estado tan debajo de su existencia, tan dependiente, ella que ni tan siquiera toma drogas, vive la mayor de las adicciones, la adicción de la ilusión, la adicción que no tiene tratamiento, porque lo que parece la extirpación de una existencia, no es más que la confirmación de su necesidad, de su dependencia, porque no se va, simplemente desaparece, y como tal, siempre habrá un mago que será capaz de mover la barita y hacerlo aparecer...

Me gustaría que todos los tormentos que estos hombres os provocan, se fueran, se diluyeran como el azucar, pero justamente, se diluyen, no desaparecen, están ahí para darle sabor o mejor dicho, quitarle sabor al café... porque todas haceís o hacemos lo mismo... buscamos ese cajón recóndito que hay en nuestra mente, uno que lleva unas letras fantásticas, tal vez hasta de oro que dicen ...."cajón del olvido... eterno"... ese el error, que lo depositamos en ese lugar privilegidado, en ese rincón donde lo eterno, lo que nunca desaparece, nos acompaña siempre, porque siempre tendremos la ilusión de que el capullo florezca, y con el que seamos felices, como tal vez nunca lo hemos sido, y como tal vez nunca lo llegaremos a ser.............

Me voy por donde he venido... a dar un paseo sobre el frio asfalto y bajo la fina lluvia... a intentar vaciar mi cajón del olvido eterno, y a vir mis videos de despedidas... con un poco de suerte la lluvia fresca me deje fresco y limpio...

Un beso enorme y un abrazo de bienvenida...

Que tengaís un muy buen fin de semana...

Agur





1 comentario:

Nutriética Dietética dijo...

...por casualidad he acabado en tu blog y he empezado a leer lo de si las cosas pueden ir a mal...cuenta con ello...y la verdad no puedo dejar de leerte y setirte, me encanta como escries, como lo expresas, como lo sientes...y lástima que no tengo tiempo de leer más porque me esperan.Espero volver a dejarme caer por aquí..y...solo quiero decirte, que para mí me pareces una PERSONA muy completa. Debes sentirte complet@..Me ha encantado.