Yo tengo una guerra abierta, guerra conmigo mismo, porque el hecho de ser hombre, pero no ejercer cien por cien de ello hace que muchas situaciones te las plantees reaccionando de forma, digamos “complicada”, tal vez por eso tengo mis momentos de histeria, sí, histeria, eso que soléis tener vosotras de vez en cuando, o no, claro que como sois tan perfectas… jajaja
Ayer mismo tuve un momento de descontrol, y eso que la regla no me viene hasta dentro de uno días, porque todavía no me ha llegado la ansiedad de notar como los líquidos se acumulan en mi cuerpo de forma exagerada y sin mayor explicación, ni la necesidad por lanzarme a devorar chocolate se me aparece en el horizonte, ni tan siquiera he tenido la sensación de estar ovulando, quien sabe, lo mismo estoy embarazado, sería la hostia, por fin el primer tío que se queda embarazado… lo dicho que parezco una histérica.
Pues sí, ayer perdí los nervios, como se suele decir, los pierdes con el que menos culpa tiene, pero también es cierto que con el más aprecio te da y le das. Es un tema personal, además mezclado con lo laboral, pero en parte me hizo pensar en lo que escribí por la mañana, en ese lado oscuro, en esas personas que inician caminos juntos, en esas personas que viven soñando en una nube de la que no quieren bajar, y de la que no quieren imaginar que sea eso, efímero, etéreo, que no va a existir toda la vida.
Creo que uno de nuestros principales problemas es que hoy en día hay muchas cosas que no valoramos. Por ejemplo, todo es muy bonito con la pareja, pero claro tiene que tener sus partes negativas, y las encontramos en detalles como que ronca, que tal vez los pies le pasen malas pasadas, a lo mejor llega a tener algún gesto que no nos gusta, pero todo ha variado a la imagen, a lo que se espera del estereotipo del hombre, de su forma de comportamiento.
En cambio lo que de verdad nos duele y nos corroe, es lo que no queremos que haga, nos duele y nos corroe lo que no conocemos, su verdadero yo, su forma más tenebrosa, y no es otra cosa que lo que no muestra fácilmente, simplemente en momentos puntuales lo deja vislumbrar, momentos muy específicos y en unas condiciones determinadas, que como no vienen provocados por la relación tal cual.
No quiero hablar de temas escabrosos, y complicados, por que la hipocresía no es una de mis virtudes, es más bien unos de mis rechazos, pero no por obvio se debe olvidar que existen los malos tratos físicos en el mundo de la pareja, pero es más obvio y más doloroso, y deja más huella, el mal trato psicológico.
Esto es lo que me preocupa, lo que me asusta, el no saber si las personas que tienes alrededor tienen sus límites conocidos, pero no por ti, si no por ellos mismos, todos somos violentos, todos hemos mamado violencia desde pequeños, todos hemos sido salvajes sueltos por alguna montaña, dejados de la mano de Dios, porque somos en esencia animales. El problema es que uno mismo no se conozca, que no sea capaz de saber donde puede llegar y donde no. Y si esto último lo mezclas con la convivencia en pareja…. Buffff el festival en colores ya lo tienes montado… el festival, la batalla, la paz, la reconciliación… pero todo eso es la parte bonita, la peligrosa es cuando aparece algo “nuevo”…
Mi reacción de ayer es controlada, esperada, y simplemente es desahogar un momento de stress laboral acumulado, tal vez la forma es un poco un error, pero la mujer, la “mujer” que vive dentro de mí, me ayuda a sacarlo más fácilmente, también es cierto que las palizas en la bici me muestran una guía de la escapatoria de esa presión, pero ohhhh mujeres del mundo, el hombre normalmente no es así, no se libera tan fácilmente de esas situaciones… Quien ha visto pegar voces en plan loca histérica a algún hombre… pocas veces… y si lo habéis visto, os ha asustado, porque tal vez no entendías que eso podía existir, no, el hombre retrae sentimientos, o cuantas de vosotras, en momentos de gran discusión o de pelea, no os habéis quejado alguna de vez de que no comunica, de que se cierra en banda, de que huye de la conversación, de que no muestra ni una idea ni un sentimiento, tal vez si consigas devaluar y disminuir todo su orgullo herido, y con algunas caricias le desmontes su ubicación férrea, se puede conseguir que luego te demuestre todo lo que ha acumulado en la cama, oh, de donde sale si no, ese comentario tan transmitido de que los mejores polvos son los de la reconciliación, tú eres la misma, tal vez te cueste más humedecerte y sentirte preparada, pero el que de verdad es diferente es el hombre, que tal vez descargue toda esa tensión momentánea en esos diez minutos, y con un poco de suerte, que sean más, que sea capaz de transmitir mil caricias, pero no entiendo que es lo que desee en ese momento …
Pero todo eso es muy bonito… pero y si no hay reconciliación… y tú como buena mujer y como “mujer completa”, le vas a estar tocando la moral, por no utilizar otra palabra, palabra que define a dos cositas que cuelgan jajajaja… más vale que te salte como una histérica, por que si no…
Estos días son una “mierda”, detesto el calor húmedo asfixiante de Barcelona, pero necesito que salga el sol, que estamos a finales de mayo, y ya debería tener la piel morenita, y no hay manera, que como decía una amiga ayer, hay mono de toalla, vaya que si hay, que espero tener un buen fin de semana, de clima, y que toda esta situación de pesadumbre, de apatía, vaya desapareciendo, y que tengas ganas de levantarte y poder hacer planes, y que todas las mañanas se parezcan a estas, cielos limpios y claros, sol naciente… tal vez entonces, empecemos a olvidarnos del lado oscuro y volvamos a sonreír … jajajaja…
Agur
P.D. Nunca había dudado de ello...
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