martes, 17 de junio de 2008

En defensa de las mujeres… y a la vez en su ataque…

Hoy escribo un poco desde la ira, desde el desdén, y como no desde las horas que han pasado en una jornada que ya es larga, porque en verdad hace horas que deseaba expresar lo que voy a comentar ahora, y no lo he hecho antes, simplemente, porque esperaba amortiguar mis comentarios, intentar que la paz del día me tornara menos osado, y como no, cínico, duro, rudo y hasta mal hablado, pero creo que no sé si sabré comportarme como es debido.

Hoy rompo una lanza en defensa de las mujeres, pero a la vez tiro un dardo directo a su corazón, a su orgullo. En apenas unos días, mi entorno, el femenino, me ha mostrado algo que ha resultado ser común, y no es la variación de clima que todos estamos padeciendo, que como decía un buen amigo, mejor que siga así, que a mí ya me va bien, sin calor agobiante.

Lo común para todas las féminas que no andan finas, es algo que todos conocemos, los poseedores de colita, y no es eso lo que las une, no, lo que las une es algo que suele surgir de sus labios, algo que nace dentro de ellos. Vamos a evaluarlo, desde el punto físico. Un hombre, el conocido poseedor de colita, toma aire, lo introduce en sus pulmones, hasta ahí no hay gran diferencia con el resto del mundo, pero a partir de ahí todo cambia, ese aire se utiliza para funciones fisiológicas, necesarias y básicas para la vida, a pesar de que alguna ex deseara que ese aire provocara otros efectos, pero no. También tiene otra función, emitir sonidos, sonidos que van en impulsos de aire, cual corrientes y que una vez llegan a las cuerdas bucales, se transforman en vibraciones, las cuales y en un dialecto conocido, digamos castellano, catalán, o cualquier otra lengua, se transforma en cacofonías que son reconocibles para los oídos de la fémina, que poseedora del desencriptador del dialecto conocido, es capaz de captar el mensaje.

Hasta ahí no hay nada complicado ni difícil, se llama comunicación verbal a través del lenguaje y los sonidos, por lo tanto todos estamos de acuerdo. El problema está en ese aparato que es capaz de separar cada uno de los sonidos producidos por el hombre, un aparato que desgrana cada palabra, que las evalúa, que las analiza, que busca si hay segundas intenciones, que es capaz de discernir si existen terceras y hasta cuartas entonaciones. Pues ese aparato, para desconocimiento de los hombres, tiene una función especial, una que no se descubre hasta que pasa mucho tiempo, y es que es capaz de realizar grabaciones que ni siquiera el paso del tiempo es capaz de borrar, ni la lluvia, ni el frío, ni el fuego son capaces de destrozar, realiza grabaciones que quedan en la piedra inmortal que es la mente de la mujer.

Eso es lo común, que el poseedor de colita, ante el desconocimiento de la función secreta del desencriptador, habla, y dice lo que le apetece en el momento que le apetece, y lo hace como si fuera algo normal, algo que se lleva el viento, un sonido, un significado, sin definir más, sin ser más notorio, y ahí comete el error, porque el grabador de piedras tiene alertas, alertas que producen descargas eléctricas en las féminas cuando descubren que el hombre ya no cumple lo que dice, que lo que comentó como normal, ahora se tornan como “nunca dichos”, o tal vez “no me acuerdo si dije eso”, y es así, porque no le doy la importancia necesaria.

Mis féminas, mis entornos femeninos, coinciden, en el hecho notorio y significativo de que frases que todos hemos conocido como normales, de pronto ganan un peso específico que parecen camiones de gran tonelaje, pesos que aplastan cualquier resquicio de vida, y como no, de unión entre dos personas.

Frases como :

La distancia no importa para el amor

Y no quiero dar muchos ejemplos más, para qué, simplemente me gustaría atacaros un poco, solo un poco, y deciros que deberías adiestrar a esos hombres, no acercaros como corderitas indefensas, y hacer que se sientan cómodos, tranquilos, y que en esa química surjan palabras, susurros al oído, sonidos cariñosos, promesas, términos maravillosos, intenciones, y hasta deseos, porque todo lo estáis guardando en la piedra, con el desencriptador, y ellos no lo saben, no saben que más tarde serán esclavos de esas palabras, de esas afirmaciones, afirmaciones que cuando las cosas no van bien, se convierten en promesas incumplidas, en errores de los poseedores de colita, que ya no tienen remedio.

Así que me pregunto yo, si esto ya os ha pasado, si esto no es una novedad, si sabéis que todos los hombres somos “iguales”, si la simpleza de comportamiento nos define como seres humanos, porqué nos escucháis, porqué le dais valor a esas palabras, porqué lo hacéis, es como si ya tuvierais la excusa de un hecho que puede venir, el agarre al fallo del hombre. Nosotros no lo hacemos, bueno miento, yo sí lo hago, pero yo no cuento, porque mis hormonas femeninas poseen los conocimientos que tal ven en otra vida tuve y que me dan el poder de tener ese desencriptador, aunque no con todas las funciones del que tenéis vosotras, y no me gusta generalizar, pero es que sois varias las que tenéis este problema.

Porqué los escucháis ?

Es una más de las diferencias entre las mujeres y los hombres, una diferencia que es inapreciable en algunas fases, pero que en otras forman grandes grietas en grandes relaciones, relaciones fuertes, serias, sólidas, hasta el punto de romperlas y eliminar cualquier resquicio de lo que fue maravilloso, o es que creéis que cuando los hombres lo dijeron no lo sentían? Si a esto respondéis que ya sabíais que era así, pues entonces no hay derecho a la reclamación, porque ya erais conscientes de que se trataba de una adulación para conseguir un buen revolcón, si por el contrario, entendíais que la persona que emitía ese sonido era consecuente, pues no lo culpéis, vivir el momento que fue, saborearlo en positivo, como un recuerdo de algo bueno y maravilloso, y dejar de machacar vuestra mente con pensamientos de lo que pudo ser y no fue…

Sois más inteligentes de lo que parece, seguro que sí, y no lo ocultemos, hablemos a la cara, sois mucho más inteligentes, sobre todo en estos temas, porque son temas en los que os concentráis, y ellos no, los viven y punto, vosotras no, vosotras los vivís …

Agur


1 comentario:

Anónimo dijo...

Plas plas, te aplaudo por tener el valor y la claridad mental de escribir tan simplemente algo que a todas nos parece tan complicado. ¡Eres un grande!