martes, 20 de mayo de 2008

Un buen chico... una buena persona... y un deseo...

Me encuentro deambulando por mis pensamientos, con una música de fondo que he “descubierto” y que me está sentando de muerte, en parte me está haciendo sentir esa pequeña presión que se centra en la coronilla, ese resquemor que se nota en la parte trasera de los ojos, ese punto en el que simplemente te dejas llevar, en el que las lágrimas que se almacenan en algún lugar de tu cuerpo, salen, brotan, y lo hago en el lugar inadecuado… pinchacitos en los brazos, la piel de gallina… demasiados días cerrado a mi mismo, en mi entorno en mi preocupación, en la osadía de no querer ser pasto de las llamas, y a la vez predicando en el infierno, incongruencias…

Hoy me he levantado normal, como hace días, en parte apático, debe ser la falta de horas de sol, o simplemente que estás en esa fase en la que no es “primavera” ni “verano”, en esa fase en la que no sientes impulsos de actividades, en los que la apatía capitanea un barco que se mece suavemente en el agua, sin ni tan siquiera el ancla tirada, por lo que la deriva me llevará a algún puerto.

Pero ha caído este “cd”, tal vez cd salvador, tal vez simplemente sea algo momentáneo, tal vez simplemente sea esa gotita que hacía falta para que el vaso volviera a regalimar el líquido elemento, y de esa manera volver a fluir.

Tengo ganas de abrirme al mundo, en parte ahora lo que más deseo es volver a sentirme humano, a compartir experiencias, a volver a ser esa persona afable, que siempre he sido, pero que por unas cosas u otras, he guardado dentro de mí, convirtiéndome en alguien muy educado, tal vez demasiado, y sin mostrar mis sentimientos.

Ahora deseo compartir una buena charla, tal vez tu restaurante, ese que tanto te gusta, que tanto bien te hace, ese en el que tienes tu rincón, tal vez acompañado de muchos recuerdos, me apetece sentarme contigo, mirarnos y comenzar a hablar, a charlar, hacer que la envidia sea lo único que nos une con los que nos rodean, envidia de ver la comodidad y la comunicación que se ha incrustado en nuestra mesa. Que me cuentes lo que te apetece explicar, pero que no quieres soltarlo más veces en el mismo sitio, porque necesito refrescarme de cosas que se “repiten” demasiado, necesito que me veas como algo fresco, y así aprovechar esa lluvia para sentirme nuevo y vivo otra vez, y de paso hacerte sentida, acompañada, criticada (o te pensabas que solo te iba a hacer la pelota), escuchada, y sobre todo, parte de algo sencillo, común y que cada vez escasea más… amistad…

Hace días le dije esto a una persona :

"Normalmente lo urgente es lo menos importante, al menos para mí, lo importante siempre es lo que requiere más atención, más dedicación, lo urgente es eso, el instante, luego posiblemente tengas ganas de seguir dándole forma... en cambio la amistad, la familia y la pareja son esas cosas que son mucho más importantes que urgentes..."

Creo que a veces deberíamos reflexionar sobre lo que comentamos o escribimos, y hoy me he dado cuenta de que el concepto de la amistad, sin tratarlo con urgencia, es algo que quiero seguir progresando y mejorando…

Te apetece tener una buena conversación mientras el vino mancha la copa y el primer plato está de camino…

Agur



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