viernes, 21 de marzo de 2008

Ojos oscuros

Hoy la mañana es diferente, por diferente entiendo a que no se trata de una más, navego entre la incertidumbre de un mail que no recibo, y la situación de este día festivo que para mí se ha convertido por conceptos extraordinarios en laboral, y tal vez no se quede ahí...

De ello que antes de subir al coche, me haya planteado buscar entre mi "escondite" de la música prohibida un cd especial, especial por lo que significó y por lo que sigue denotando dentro de mí, un cd que casi todo el mundo que ha subido al coche lo ha acabado valorando, sin yo comentar nada, un cd con estilo con argumento, como su creadora, o sus creadoras, un cd que me hizo llorar en el mejor de los momentos, en ese que vas sacando con mucha delicadeza una cinta de camiseta de un hombro turgente, porque puso aquella música, porque decidió poner aquel cd, este cd, en ese momento, porque era nuestro primer gran momento, y sonó, y con él sonaron muchas situaciones, muchos momentos, no solo de pareja, como un resumen en apenas un flash de memoria, y Orozco rompía el silencio, seguido de mis lágrimas, y una mano que levantaba mi frente y me buscaba para besarme... ese ha sido mi despertar, porque una vez revivido eso, miles de pensamientos y de situaciones han llegado a mi mente...

La espiral me ha llevado a un punto... tal vez consiga llevarte, quizás me acompañes a esa situación, puede que seamos capaces de colocarnos juntos, entre las sabanas, y busquemos de lo que voy a hablar hoy, los ojos oscuros. Sabemos de mis hormonas femeninas, de mis ganas de conocer a la mujer, de investigarla, de conseguir adelantarme a sus pasos, porque sé de largo que es el mejor de los regalos, de sorprenderla, pero tambien de estar atento a ellas, de escucharlas sin hablar, de leerles los gestos, de divagar entre cada movimiento para saber lo que busca, lo que desea, y toda esa forma mía de actuar hace que en el lecho donde las pieles se rozán y donde los poros exuman ansiedad por encontrar el placer lascivo y recompensador que es el sexo, es donde verdaderamente me puedo mostrar, me muestro en mi simpleza, lo que me convierte en natural, sencillo, pero complicado diferente y arrogante, buscador del placer de mi pareja, pero no buscador en el intento, sino en la consecución, deleitador de todos sus puntos "G" y "g", bailarin con arte en las curvas de sus senos, submarinista de su corazón y de todas las sensaciones que unas yemas de dedos con sus uñas pueden hacer saltar navegando entre su vientre, hombros y espalda, acariciador por excelencia, necesitado de buscar puntos especiales, tal vez dejar pasar los dedos cerca del melic, del ombligo, hacer que los pelos de los brazos se le ericen, navegador de un cuerpo maravilloso mucho mejor que el del hombre, deleitador de sus placeres, porque soy como vosotras, busco el placer de mi pareja, porque de ello, mejor dicho de no conseguirlo, me encuentro en una tesitura, en la fustración, en el complejo, en la inferioridad, en la mezquindad de sentirme inferior, y lo he vivido, porque por suerte para mí soy habil en el sexo, y tengo otros argumentos que me privilegian en el arte de la consecución de ese momento, y en tal maravilla nos encontramos cuando de pronto yacemos de espaldas a la cama, observando su cuerpo maravilloso mientras se deleita de las durezas del mío, apoyando sus manos en mis pectorales, cabalgando sobre un corcel que domable busca seguir encontrando puntos ansiados, ahora tal vez entrelazando los dedos con su pelo, buscando pequeñas presiones sobre el nacimiento de la nuca, pequeñas caricias que la hacen torcer el cuello de gusto, y que a la vez la hacen romper el ritmo de la embestida, del trotar, y sigues desaliñando su cabello, regalándole la caricia que se merece, la que tal vez nunca le habían dado, y menos en ese momento... pero entonces todo cambia, tal vez por no estar acostumbradas a que esa situación se prolongue tanto en el tiempo, pero miras, buscas, y encuentras sus ojos, y por diferentes que hayan sido las mujeres, por diferentes en sus vidas, todas tienen la misma mirada, ojos oscuros, ojos lascivos, pero oscuros, ojos que navegan en una disyuntiva, la de abandonarse y ser egoísta en mor de su placer infinito, o buscar el del poseido, prolongar, esperar, pero ahí yace un error, si no es buena amante y dominadora del sexo, no esperes, porque fustras porque no va a ser cuestión de 5 minutos, porque no, por eso en ese momento ves que su mirada se convierte en hiriente y poseedora, en dominadora, es donde subyace la verdadera mujer, la que quiere ser pero no la dejan, la de la mirada oscura y tenebrosa, entonces empiezan los suspiros....los arañazos...las lamentaciones... la tensión en los musculos... se eriza hasta el ultimo cabello o bello de su cuerpo... roces mayúsculos... y de golpe una tensión brutal que la atraviesa y te atraviesa... y unos segundos después se relajan, se retuercen, y buscan el aliento perdido, pierden el ritmo de la respiración y parecen atletas después de una maratón... y entonces desaparecen los ojos oscuros...

Ciao-Agur-Adeu

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