martes, 25 de marzo de 2008

De la música y de otros menesteres

Tal vez hace tiempo las cosas fueron diferentes, o tal vez simplemente fueron de otra forma, la cuestión es que hoy vuelvo a levantarme pronto, a imaginar por un momento lo que puede ser mi día, esperando que las nubes oscuras que se avecinan no sean más que el preludio de una tarde de sol, de tranquilidad, porque volvemos a dar los pasos necesarios después de unos días de descanso, de unos días asperos, de unos días maravillosos, porque para todos han sido eso, días...

La mañana me ha devuelto una necesidad, una energía que necesitaba, una salud mental que se fortalece con el sentimiento que te devuelve algo de lo que no he hablado, la música, ese elemento que todos tenemos como gusto personal, siendo para unos y otros de diferente forma, lugar, procedencia y placer. Pero hay algo que a todos nos une, por diferentes que sean nuestros gustos, y temas, y es la sintomatología que nos provoca ciertas canciones... nostalgia de un momento que fué, pero que ya no volverá, tal vez el recuerdo de aquellos días explosivos, en los que disfrutaste de una relación de vértigo, de esas que te dejan sin aliento, una relación que por específica y controvertida, no era otra cosa que ese boom que nunca creiste que ibas a vivir, normalmente relacionado con momentos festivo-vacacionales, porque tal vez es en ese momento cuando quitas capas de tu protección, vives una historia lejos de casa, apenas te una la dirección de un hotel, y poco más, tal vez compartas hasta el número de teléfono... pero no es solo eso, no, compartes esa melodía que te acompañó en ese momento, ese despertar del día en la playa tirado, entre borracho y estúpido, embriagado por algo diferente, algo que te subía por la vena, algo que te llegaba al corazón y parecía que lo iba a explotar...

Tal vez la canción te recuerde a algo diferente, tal vez una situación que te remueve, una persona que fue tu apuesta personal, que te volvió el mundo al reves, alguien por quien luchaste, alguien por el que valió la pena apostar, aunque yo creo que cada vez que se apuesta, vale la pena, alguien que tal vez te ha dejado algo más que un recuerdo, una forma de vivir, suelen ser amores tempraneros, de esos que se descubren cuando a penas eres un cervatillo en esto de la gran selva, cuando te mueves con la fragilidad de los elementos que desposeídos de maldad, saltan, brincan... o tal vez esa música te lleva a una noche donde fuíste feliz, tal vez en un viaje que culminaba un gran proyecto de tu vida, el de recuperarte... no sé, ahora hay tantas situaciones... Bebe con esa niña que conocí que era la pureza en su forma de ser... tal vez ella tambien me descubrió a Fito... y mi amor por Sabina porque tiene una canción para cada mujer... El último... que para mí siempre será el primero, con fila o sin ella... la mujer de Maná... la de Shakira... a lo mejor no fueron tantas mujeres, pero sí que hay un recuerdo para alguien... o esa canción de Enya...cuando mi hermano y su mujer entraban en el restaurante en el momento de su boda, en su momento de felicidad, de emprender algo que los une, algo que hoy en día es un acto de voluntad ferreo, dado el éxito que tienen esos proyectos... o la canción que compartías con tus primas en sus primeros días de fiesta, o ese Cd que me regalaste... y ahora alguien me ha devuelto al camino de la música, a ese camino que cada mañana me hace llegar afónico al trabajo, porque "quien canta su mal espanta..." pues yo canto, mal, pero y qué?... de momento mi coche navega conmigo en una solitud alegre, feliz y vanidosa.... aunque tuvo viajes mejores, mucho mejores...

Por eso, si suena esa canción, pide un segundo de paz a tu contertulio, navega en la suavidad del recuerdo, vive de nuevo esas caricias, aparta lo negativo que tuvo, vuelve a sentir ese olor, ese perfume, esa fragancia, vuelve a escuchar los sonidos de fondo, canta interiormente lo que te gustaría cantar externamente, vuelve a ser feliz por unos minutos, porque luego la canción acabará, y volverás a la realidad, tal vez alguna te vuelva a levantar de la situación, y si la persona que está contigo en ese momento, no respeta eso, no vale la pena, no lo dudes...

Recuerdos... vivencias... acontecimientos... hace unos días llegó a mis manos un grupo de canciones, no sé muy bien la procedencia, sí que lo recuerdo, pero no va al caso, la cuestión es que escuché, y tuve que reprimir las lágrimas varias veces, parecía aparecer de la nada, y de pronto estaba ahí delante, era una piedra en mi camino, o tal vez una puerta, no lo sé, lo que sé es lo que hice, disfrutar del sonido... una de esas canciones me gusta escucharla, mucho, me encanta escucharla, porque la he asociado a un momento de mi vida que se reproduce cada dos semanas, yo, en el estadio de Montjuic, antes de ver a mi Espanyol, suenan tres o cuatro canciones, suele ser una hora antes del partido, y a mi me gusta estar ahí, pronto, casi solo, apenas pequeños grupos de personas, y sientes algo, sientes la solitud en un gran espacio, piensas, recuerdas, vives la situación, y ahora esa música ha llegado a mis manos. No lo voy a negar, muchas de esas veces que he escuchado esos sonidos, me he emocionado, he casi gritado un deseo, me he obligado a mil propositos, me he dicho a mí mismo que las cosas pueden llegar a ser, y que solo hay que luchar por ello, y no es una paranoia momentánea, simplemente tal vez es un momento de recogimiento, un momento para uno mismo, para darte un tiempo de relajación de contemplación, eso que ya no hacemos nadie, un momento de mi música y yo... que pena que no estés tú...

Adeu-Ciao-Agur

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