miércoles, 28 de abril de 2010

Rioja... más que vinos y tapas...

Es miércoles, y la mañana ha comenzado durilla, laboralmente hablando, es lo que tiene abrir el correo, y encontrarte cosas poco agradables de los jefes, pero para eso están, para estropearte un buen día, aunque no os preocupeís, aún tengo los efectos de un buen fin de semana en mi cuerpo, por lo que no conseguiran acabar conmigo, además, ayer por la tarde buena salida en bici... jejejeje...

Este fin de semana ha sido muy especial. He de reconocer que no estaba muy ilusionado por el tema, muy bien, no sabía a qué íbamos, pero en el fondo, en un rincón, sabía que podían suceder cosas que acabaran de estropear algo que se presumía interesante, casi que sucede algo así, pero eso es arina de otro costal, y que tal vez me de tiempo a desgranar, en otros post, tal vez mañana, en el que hable de cosas que me preocupan en las parejas... "CONVERSACIONES QUE ESTAN POR HABLAR !!!".

Pero hoy es un día diferente, de ensalzar, de por un momento volver a estar en aquellas calles, de ubicarme, de cerrar los ojos y devolver a mi nariz, los aromas que tuve, las sensaciones en el paladar, el calorcito en la piel, la alegría que me fué inundando poco a poco...

Llegamos el viernes por la tarde, después de unas cuatro horas de coche, a un ritmo tranquilo, sin correr, porque es muy buena carretera, bueno, autopista, con un coste elevado, pero el viernes se tenía que aprovechar.

Recomendación. Allí el horario de cenar no es el de BCN, aquí puedes estar comiendo hasta la hora que quieras, allí no, allí se empieza a tapear a las ocho de la tarde, por lo que a las once y poco, ya no quedan muchos sitios abiertos, y lo que es peor, antes ya, se han acabado las tapas buenas de cada local.

Adentrarte en el centro de Logroño es toda una experiencia. Mientras te vas aproximando, te surge una idea. Hay muchísimos bares y restaurantes, ninguno está a reventar, pero en todos hay bastantes personas, eso muestra que aquí la gente es abierta, que bajan al bar las familias enteras para hacer la copa, para charlar de la semana, para planificar el finde, notas un aire de familiaridad, de camaraderia. En las calles no hay mucha gente, más bien excasea. Pero seguimos caminando.

Por fín estamos próximos al centro, un par de edificios municipales, diría que uno era el ayuntamiento, y por fin Calle Laurel. Aquí el mundo se transforma, el silencio y la tranquilidad que nos había acompañado en el trayecto caminando, se tornan bullicio, gentio, movimiento, ese run-run mágico de las grandes ocasiones. La gente bebe tranquilamente en la puerta de los garitos, garito en el buen sentido de la palabra, con unas mesas en precario equilibrio se ubican platos, platitos, donde antes hubo buenas tapas.

De pronto te surge la primera duda, cúal elegir. El problema, que somos 8, y a cada uno un gusto, y un sitio que le llama. Solución. El primero que a uno le guste, vamos y probamos. Después al de otro, y así triunfar. Pues se triunfa más, porque una vez has probado dos, y el éxito te ha acompañado, ya es ir de una puerta, dar 10 pasos, y a otro... jajajaja...

Concepto. En las puertas de los garitos, ponen ofertas, normalmente pincho y cosechero, 2 €, y pincho y crianza, 3€... no lo dudéis, si podéis, la segunda, porque nuestro primer vino, un cosechero, y jajaja... es para los babys, para los veinteañeros que con la paga no pueden tirar mucho, y lo que buscan es pillar el punto rápido... jajaja... para los más mayorcitos, lo más tranquilo y lo más bueno, y sí, crianzas. Los hubo de todos los tipos y sabores, pero como se deleita uno con ellos, además, las tapas son de un tamaño considerable.

Tema. Tapeo, pincho o como lo queráis llamar. Hay dos maneras de hacerlo bien. Normalmente cada local tiene su pincho estrella, os podéis fijar en los que se están tomando en ese momento, pero eso tiene un riesgo, que los hagan a gran cantidad, y se pierde un poco la gracia, o que lo borden, ahí un riesgo, yo soy de riesgos, por lo que solía pedir el de la especialidad... recuerdo unas sepias... que bufff... no entraré en detalles, que no es hora, y lo mismo alguien no ha desayunado todavía, jajajaja...

El otro modo de acertar... ir a la barra y ver el muestreo que suele haber. Pero mirando en dos direcciones, a los mostradores, y sobre todo, a los que ves salir calentitos y recien hechos, todo y que creo que no me comí nada que no estuviera delicioso. Y con el vinito... buff...

La gente es agradable, atenta, tal vez hablan alto, sí, debe ser eso, la cultura del pincho. En Barcelona por ejemplo, es más habitual cenar sentado en un restaurante, y el silencio, o hablar en tono moderado es casi la regla, y el comportamiento generalizado. Pero tapeando te tienes que hacer sentir en la barra cuando quieres algo, jajaja...y las apreturas, hace que el nivel de audición los subas, y claro, el de al lado también, así, en un garito, hay mil conversaciones a la vez, que nacen y mueren en distancias cortas, ya que apenas a dos metros, están absorvidos por otras muchas voces.

Recuerdo. Decidiros pronto, porque si os despistáis, os pasa como a nosotros, que dejamos dos sitios con buenos pinchos para la vuelta, y resulta que al girar, ya se estaban cerrando, y nos quedamos con las ganas, pero lo peor no es eso, lo peor es que seguirás bebiendo, y con cuatro o cinco pinchos, no llegas, jajajaja... y claro... las fotos que salen por la noche, jajajaja... anda por ahi una cámara que tienes fotos del que escribe, que si salen a la luz.. jajajaja... pero eso es otro tema...

El sábado tuvimos resaca, y de la buena. Pero el día era soleado y especial. Ibamos a Calahorra, una población de la Rioja. Se celebraba la semana de la verdura, es una fiesta especial, que suelen ser itinerante, y que va de población a población, por ejemplo Tudela, que también anda este próximo finde con esa fiesta.

La idea era ir a la carpa que se monta para la ocasión, y la verdad es que fue muy interesante, viendo miles de verduras, presentaciones especiales, e interesantes, productos de la tierra, con un aspecto, que ummm... y además a buen precio, muchas personas compraron cosillas, que en verdad las puedes encontar en cualquier sitio, pero claro, cuando te las vende el que las ha cultivado, pues imagínate, confianza, que ya es mucho hoy en día.

Pero lo bueno no fue eso. Lo bueno es que con el tríptico de la fiesta y sus motivos, hay una guía de los garitos, o restaurantes, o bares de la ciudad, y con ellos descritos unos pinchos en cada uno de ellos, todos con motivos de verduras, la protagonista de esta ocasión. En cada local se ofertan dos pinchos, aunque hay muchísimos más en cada uno de ellos, pero el de la ocasión era ese pincho, el que aún saboreo... bufff... recuerdo uno de berenjena, bufff... la verdad es que estoy casi por dejar de escribir y salir corriendo con el coche.



En uno de ellos, vimos un pincho con una presentación muy llamativa visual, pero no estaba en la lista. Lo pedimos, y no, va a ser que no. Seguimos con la ronda, y volvimos a cometer el mismo error. Comenzamos tarde, casi a la una, y allí la gente lo mismo que por la noche, comienza con los pinchos a las doce, porque para las dos y poco, las cocinas cierran, y a partir de ahí, los pinchos son recalentados, y ya no hay color. Así que hicimos cortos en el tiempo. Pero se disfrutó, y mucho, comenzando con los cortos, que son las cañas de cerveza, y luego seguir con los crianzas, disfrutar del paladar, y saciar la sed con un buen caldo...

Creo que todos los que fuimos a ese finde, aún estamos con la sensación de que nos falta algo, de que podremos salir del trabajo, coincidir todos, y comenzar con el paseo, entrando y saliendo, comiendo y bebiendo, haciendo que las conversaciones surjan, las bromas, ya que al estar en movimiento dinámico, las situaciones aparecen, sin buscarlas, ahora estás cerca de uno, o de otro, y siempre hay algo que comentar, el vino se encarga de ello.

El sábado noche cometimos un error, por el cansancio. Cenar en un restaurante sentados, y de carta, fracaso, todo un fracaso, porque no estubo mal, pero ya no era lo mismo. Es lo único que cambiaría de ese finde. Por lo demás, pues más fiesta, y más fotos, jajajaja...



El domingo, visita a una bodega. El coste bajo, 5 €, pero la bodega no me gustó nada. He visitado pocas, apenas dos, pero en esta todo es muy industrial, no hay la magia del vino, de la cosecha, de los experimentos, de las dudas, de los buenos caldos, todo es demasiado tecnológico, productividad, grande, exagerado, y muy marketing, son las bodegas de Campo Viejo, que para los guiris y los japoneses pueden ser la ostia, pero para los amantes del buen vino, es el gran enemigo, la masificación y el desalojo del encanto de Bacus.



Para terminar, paso por Tudela, y buenos pinchos también allí...

Resumen, un viaje magnífico, con un coste bajo... recomendable para grupos no muy numerosos, entre cuatro y ocho, más es complicado, porque pedir en la barra se puede volver todo un problema, entre los gustos diferentes de las personas, y las opciones en cada local, hace que las variaciones y las opciones sean casi infinitas, así que eso, no más de ocho...

Un detalle, la ropa, la de la gente de allí. Los que iban de Sport, bien, normal, pero los que iban arreglados... no sé, se notaba un aire de ir recargado, hasta los niños en los cochecitos, iban con ropas super rococos, cargadas de lazos, florecitas, leotardos, yo que sé, era como ... y por la noche las niñas que iban de vestido de noche, tal vez por las bodas, parecían trajes de princesa, en vez de bonitos trajes de noche... ahhh por cierto, o hubo una concentración de despedidas de soltero-a, o este próximo mes se casa todo Logroño.. jajajaja....

En definitiva, un fin de semana perfecto... y una añoranza terrible, a los pinchos y a los vinitos, ahora entiendo eso de vino-pincho-pincho-vino, y sigue y dale y más........

Buenos días a tosdas, y como digo a veces, besitos para ellas, abrazos para ellos...

Hoy el enlace lo pongo yo... jejejeje

http://www.youtube.com/watch?v=klLcHbz6jjs&feature=related

1 comentario:

Monna dijo...

ey....ya vi las fotos muy chulas, y sobre la bodega Campo viejo, la mas grade de españa, sip, mas industrial....yo la visite x la noche con concierto de jazz y cena de unos pinchos...buf...wenisimo, en si coincido contigo..yo ese finde me harte de bodegas, pero la del marques de riscal, la recomiendo y la que hay en el pueblo de LAGUARDIA, que son en los tuneles y alli el vino no reposa en barrica si no en pozos..y es especial....yo toy enamoraa de la calle laurel jajajajaj si quereis repetir, os recomiendo en la diada que es cuando hacen la vendimian y hay fiestas y too...jejeje

besitos florrrr