Tal vez sea cierto, tal vez mis dedos y mis manos, sean más crueles que mi lengua, todo y que me cuesta mantenerla en su lugar natural, dentro de la boca, y con los labios cerrados.
Ese fué siempre uno de mis defectos, la incontinencia verbal, el saber morder y callar, el contar hasta 1000, el dejar pasar el instante del salto necesario, el de querer gritar, cuando ni siquiera has empezado a hablar, porque poco a poco, me voy conociendo, me voy controlando... pero como cuestaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....
Porque cuesta.
La realidad, por mucho que nos neguemos a afrontarla, no hace más que darnos una y otra vez en la frente, y por mucho que te gires, ella viene una y otra vez, y te vuelve a encontrar, y te desgasta esas rozaduras que ya enrojecen de situaciones que vives, y revives, y no te preocupes, que volverás a vivir.
Así que solo quedan dos remedios, o tienes una buena pomada para las rojeces y las rozaduras, o por fin "aprendes" y de ello derivas nuevos comportamientos, nuevas experiencias, y te vuelves más sabio, y por tanto, más necio, más hosco, más rancio...
Y eso es lo que me sucede, nos sucede, que por nuevo intento, volvemos a descubrir lo mismo, que las personas tienen un límite que superar, y lo buscan, lo bordean, lo sufren, pero es eso, un límite, y nosotros en dos ocasiones lo hemos intentado, y ambas hemos salido con la cola entre las piernas, jajajaja... tal cual...
La teoría decía que todo era posible, pero el método empírico no lo ha permitido, lo ha enmarronado todo, pena... mucha pena...
Sí, confirmado, las parejas son eso, parejas, grupos de dos personas, que ya tienen un verdadero problema, si deben viajar juntas, ya que ello implica estar varios días, las 24 horas juntos, compartiendo el mismo aire, la misma estancia, el mismo dormitorio, el mismo baño, el mismo coche, el mismo avión, pero se trata de eso, de compartir, y darte cuenta de si tu realidad como tal, como pareja, es cierta, o solo es un efímero sentimiento que no es compatible con la realidad de convivir.
Anabel y yo, lo hemos comprobado mil veces, somos COMPATIBLES a muerte... que suerte tenemos... buffff... que alegría...
Pero viajar con solo una pareja más, es bastante difícil, creo que porque todos nos hemos habituado a nuestras sensaciones y nuestras respuestas versus los actos de la persona que comparte vida con nosotros, y eso, deshumanizándonos, nos hace no estar preparado para actitudes, gestos, maneras, formas, gustos, opiniones de otras personas, y provoca que las distancias que parecían muy cercanas, se tornen distantes y un poco enfrentadas.
Por eso, hay que aprender, y viajar o los dos solos, o en grupo de mínimo 6 o 7 personas, que aunque un lío, porque lo es, jajaja, al menos no provoca tanta interacción entre los mismos miembros del viaje, y hace que se distensen las tensiones, por tener más personas en las que focalizar tu atención, y que los protagonismos, o las cosas que te astían, puedan dejarse de lado, ya que hay muchos más comensales a los que atender.
Por lo tanto, el consejo es muy claro, viaje de dos parejas, que han de compartir muchísimas cosas, y espacios muy reducidos, no debe durar más de 3 días, porque un es poco, dos es lo justo, 3 es lo máximo permitido... el resto... un peligro, que solo tendrá una salida airosa, si los espacios libres de las parejas van en aumento, con distanciamientos durante el viaje, para realizar cada una de ellas sus gustos, sus visitas, y de esa manera, provocar el sentimiento de "echar de menos", que es el que acaba solucionando los pequeños roces surgidos, y hace olvidar, porque el tiempo hace olvidar.
Eso sí, yo no olvido, casi nunca... y viajar, con parejas, como mucho, 3 días...!!!! jajajaja...
Por lo demás... el viaje fantástico, con mucha lluvía, pero Granada es una ciudad excepcional, en la que cada vez que te pierdes, encuentras un rincón que te reconforta...
Espero que vuestras Semana Santa haya sido provechosa...
Mil besos y bienvenidas....
No hay comentarios:
Publicar un comentario