

<--IMAGENES DE LA COSTA AZUL -->
Ahora hace días que no hablo, sí que puse el post de la inmersión en Badalona, que por cierto, hubo más vida, pero mi cámara solo pudo reflejar lo que su novato manipulador pudo, jajaja.
Pero explicar, o comentar, o simplemente describir momentos, hacía días que no surgía, y hoy, dos temas me atormentaban la mente, es esa sensación de que algo se cuece dentro, algo que está cogiendo forma, y que acabará saliendo, sin más.
Uno es complicado de tratar, y tal vez necesite de más horas en la bici, y de más darle vueltas a las cosas, es sobre una faceta de la vida, del carácter de las personas, del llamado concepto del inconformismo, desde el punto de vista laboral, y también emocional. Complicado, paralelo, y sobre todo vivido, porque solo las experiencias te muestran esos factores. Pero lo dejamos para otro día.
Hoy hablo de los viajes, y de la sensación que te queda cuando las últimas horas llegan.
La verdad es que esto me viene a la mente, por un mail que he leído hace poco, y es de una persona, que más que un viaje, está viviendo una experiencia terrible, enriquecedora, especial, pero a la vez, estresante, agobiante, absorbente. Pero llega al final de su estancia, y ahora se le mezclan los sentimientos, y aparecen los momento finales.
A mi, en mis viajes, ya sean largos, que han sido pocos, o de fin de semana, que es más mi estilo, las sensaciones que he tenido han sido muy diferentes, desde la necesidad angustiosa de que saliera el avión de vuelta en la sala de espera, ya que aquel fin de semana había sido de largo el peor de mi vida, a otras sensaciones de ganas de que llegue el fin, pero sin nada especial, si no, que añorando tu casa, tu habitat, tu cama.
Y como no, esos viajes, que cuando llevas apenas un día, parece que hayan sido tres o cuatro, que parece que llevas ahí casi una vida, y que según se va acercando el final, las horas pasan, y las cuentas, y cada vez más te angustias, porque no quieres que aparezca el momento, el momento de cerrar la maleta y volver, porque te dejas cosas atras, miles de cosas por hacer, por descubrir, porque te has dado cuenta de que valia mucho la pena, porque todo es nuevo, y somos esponjas, y en ese momento quieres gritar, detener el tiempo, parar esto como sea, vivir, sentir, mover, jugar, bailar... pero el vuelo sale, y te tienes que marchar.
Esos viajes son los que me alimentan, los que le dan fuerza a mi mente, los que me traen buenos recuerdos, los que me ilusionan en días malos, y los que me ensueñan en días fructíferos, viajes que te han aportado mucho como persona, porque descansar y el relax está muy bien, pero la confraternización con las personas, los lugares, las culturas, las gentes, las personas, los espacios nuevos, todo aporta al alma, la mejora, la llena, y la ensalza al disfrute de la contemplación.
Soy muy observador , y muchos detalles que para otros son imperceptibles, para mi son mi día a día, por eso, en mis viajes disfruto, aunque siento un vacío, y es que no tengo la creatividad que otros poseen para convertir esos detalles, en imágenes, sí que las poseo, pero en mi mente, pero si por un momento fuera capaz de captar ese detalle, y hacerlo con una foto, de verdad que sería interesante volver a verlo, vivirlo una y otra vez.
Últimamente mis viajes están resultando así, destinos diferentes, lugares que no tienen nada que ver, motivos especiales, pero en estos dos últimos años he disfrutado de esa sensación, que no acabe... New York, El Cairo, Cuba, París, Londrés, Granada, Logroño, Mar Rojo 1 y 2... bufff... y otras pequeñas salidas, como Valencia y Costa Brava...
Este finde mis pies se mueven de nuevo, se trasladan, esta vez el motivo es un simple regalo por nuestro primer aniversario, la idea era colocar un fin de semana en medio de la nada, sin más motivo, para nosotros dos, porque ya hacemos casi un año y medio... un fin de semana de relax, a algún sitio que no fuera muy brillante, pero para disfrutarlo... Costa Azul... Cannes, Saint Tropez, Niza... días para pasear, para ratito de playa, para vivir, para hacer algún mojito, para ver, para relajar, y sobre todo desconectar... espero, que el domingo por la noche, la sensación sea la de los últimos viajes, que no se acabe !!!
Por si no aparezco más esta semana.... Os deseo un fantástico fin de semana...
Y que el viaje de nuestras vidas no se acabe nunca... porque la vida es un viaje maravilloso, que por desgracia a algunos el revisor les pide el ticket, y quien lo tiene ??? , nadie, así que se acaba... sin más, por lo que a disfrutar del viaje... de la vida...


P.D. En Facebook ya empezamos a ser una "mini" familia... quien sabe si acabaremos siendo una familia numerosa ??? ... "Cáncer Lunático" ....
4 comentarios:
Has tocado un punto sensible en el post de hoy, si es verdad, es dificil terminar un viaje, un viaje que te deja experiencias, momentos y recuerdos.
Pero es mas dificil y triste cuando tienes la posibilidad de terminar el viaje abruptamente, sin prepararte para la partida, y peor aun cuando te das cuenta que no has aprovechado al maximo ese viaje, que ha sido en vano.
Hoy somos afortunados en tener conciencia de ello, en poder distinguir la diferencia, asi que no importando el tiempo que nos quede en nuestro viaje, hay que vivirlo y disfrutarlo para que cuando llegue el momento de partir, lo hagamos tranquilos y satisfechos.
Deseo de corazon que tu proximo viaje sea enriquecedor y muy placentero.
P.D. Regresa pronto, te estaremos esperando.
Has descrito el viaje como la muerte. Ese concepto es variopinto, pero la muerte es la muerte, preparar lo que nos vamos a llevar es fundamental, llevemos solo lo importante y lo valioso.
Nunca dejes de ser sensible al dolor ajeno, eso te hace diferente.
Saludos.
Un caluroso saludo Pedro.
Theresa L.Zaldoa.
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