miércoles, 26 de noviembre de 2008

Silencios... momentos para tu interior...




Debe ser que soy muy dicharachero, o que tal vez no sé estar callado, o que me suelo mostrar muy jovial agradable y hasta un punto cautivador, o que a veces el tono de mi voz acompaña y acuna, acariciando suavemente tu piel con su sonido sugerente... porque si no, no lo entiendo.. jajajaja...


Sí, me preguntan varias personas por mi silencio, y lo hacen de una forma idéntica, via teléfono, sms, o llamadas, y algún mail, pero no hay nada malo, es simplemente un estado pasajero.


Hay momentos en la vida, y ahora es cuando me pongo filosófico, y cuando tal vez debería tener a mi lado una buena copa de vino, y detrás una botella, y si fumara, un buen puro, y hablar de la vida, al estilo de los argentinos, que se aposentan y ponen esa dulzura de entonación que te hace perder todos los tapujos y te adentras a escuchar. Pues con ese tono es con el que hablo ahora.


Mi momento es más del recogimiento, del mirar a mi entorno, pero no para buscar a la gente que se encuentra peor que yo, que eso de vez en cuando todos lo hacemos, no, esta vez es para sopesar los pasos que debes ir dando, buscar un sentido a ciertas cosas, navegar por el día a día, intentar no hacer daño a nadie de tu entorno, darle el mimo y el cariño que se merecen las cosas, agradecer todos los contactos que tienes con la gente.


Esta mañana, bien tempranito, he cogido el coche, y me he puesto en marcha, al ir a meterme a la ronda, un coche ha hecho la típica maniobra de soy más listillo que tú, y me imagino que esperaba que yo le hiciera algún gesto de presión con el vehículo, y no, yo tan tranquilo, al final el levanta la mano y da las gracias, esa es la verdadera magnitud de las personas, entender que lo que hacen puede provocar a otras personas, y si no es así, pues que más maravilloso que agradecerlo con un simple gesto. Ese detalle hoy, me ha reconfortado.


Los silencios son necesarios, mi filosofía es que es mejor callar que hablar sobre lo que no sabes, por eso en ciertos momentos se impone una ley del silencio, para poder ser capaz de vivir cada detalle, de entender cada gesto, cierto es que ahora soy algo parecido a un felino recogido en un rincón, atento, tenso, rallando el punto de nerviosismo, pero para conseguir justamente lo contrario, la tranquilidad, la paz, solo estando vivo y loquaz conseguiré la protección que la vida me va quitando.


Silencio también porque la vida llega a momentos en los que los acontecimientos se van desarrollando a una velocidad que no es la que deseas, quien no ha querido buscar el pause en el devenir de nuestro camino, quien no toma una decisión y a partir de ello se derivan miles de consecuencias, que aunque las barajaste como posibles, te abruman cuando verdaderamente aparecen, y llegan los cambios, tema para el que "nadie" y digo "NADIE" está preparado, porque un cambio genera otro cambio, y así puede ir sucediendo que la cadena llegue a ser infinita, y en parte eso me da miedo, hace tiempo no, era mucho más orgulloso, más impertinente y hasta menos respetuoso, hoy en día soy algo muy diferente, respeto hasta a la última persona de este planeta, el orgullo no me da de comer, me ayuda a ser mejor, porque necesito sacar lo máximo de mí, pero ya no lo utilizo con el mundo exterior, y la impertinencia se fué con el cumplir cierta cantidad de años.


En verdad el silencio es uno de los detalles que acompañan a las bodegas, donde los buenos vinos se van madurando, o a las cavas, donde ese placer de burbujas va cogiendo su punto, pues eso veo yo en mis silencios, me voy haciendo más hombre, dejando cada día de ser tan niño, que me gusta serlo, me apasiona verme así, con mis pataletas, con mis caricias de niño que quiere descubrir, con mis sonrisas tontas, hasta con mis babeos, pero no te lo puedes permitir, así, poco a poco, y en esos silencios necesarios vas entendiendo muchas cosas que te han ido pasando, y te vas preparando para las que puedan venir, pero sin agobiarse, que tenerlo todo previsto da asco, y es mentira, es mejor estar abierto a las situaciones, y saber reaccionar rápido, saber poner un punto y una coma, o una coma y un punto, que no es lo mismo.


Ahora soy peligroso, porque empiezo a entenderme y soy capaz de ser mejor persona, y también peor persona, ahora comienzo a dominar las técnicas del control de mi mismo, tal vez porque dejo que el exterior me afecte menos, aunque nunca dejo de percibirlo, y eso me convierte en alguien que confunde, confundo con mi atención, porque sé, y de largo, que mi forma de comportarme y de ser, provocan en otras personas tranquilidad, paz, alegría, buen momento, acompañamiento, salud, confort, independencia, fortaleza, lo sé, y eso a veces es mucho de lo que las personas van buscando en la vida, por ello me tengo que dividir, ir dando un poco a cada una de las personas que me llenan en mi vida, a nadie quiero dejar en el camino, y quiero que todas esas personas que se sienten cercanas a mí, se sienten queridas, pensadas y como no entendidas en cada uno de mis silencios, que seguro que vendrán más cervezas y frankfurts, que las pizzas del Trinacria son muy buenas, que las llamadas que parecen desaparecidas volverán, que hay más ensaladas en esa carta, que tenemos vinos por descubrir y arena por guardar, que hay viajes por hacer, que esa cena que parece que nunca llega llegará, que esos cafés que tanto se agradecen ahora volverán, que la vida va variando, y nosotros con ella.


Me quedo en el silencio que me regala cada mañana esta oficina, hasta las nueve, cuando aparecen los molestos compañeros, pero que son bienvenidos, porque ellos me devuelven a vivir, y me sacan de estos pensamientos, de estas meditaciones, de esta sonrisa tonta que tengo por recordad mil y una cosas, mil y un detalles, mil y una sonrisas...


Un día comienza cuando abres los ojos, se desarrolla cuando abres la mente, madura cuando abres los brazos para dar un abrazo, y fructifica cuando abres el corazón, que sean pues días fructíferos para todas las personas que leen estas líneas...


P.D. Yo soy la suma de mis silencios y la resta de mis palabras... debería sumar más...


3 comentarios:

Vicky dijo...

Me sumo a tu silencio, si ves que te apetece charlar solo tienes que girar la cara que a tu lado del camino estaré... Un abrazo O.M.

Vicky dijo...

Antes se me ha olvidado decirte una cosa, que tu estas en silencio "Hombre silencioso y cariñoso y mimoso", pero es que yo no se callar ni de bajo del agua, ya lo sabes, verdad??

Soni dijo...

Yo tb me sumo a tu silencio ya que tb estoy en un momento muy parecido al tuyo. Me gusta saber de ti y de momento me conformo con estas paginas, un beso y espero volverte a ver pronto.