Compartiendo amistades...o el equilibrio que no existe...

hoy la mañana se despierta sin lluvia, parece extraño, después de este "fantástico" fin de semana, aunque a alguien le ha podido saber a mucho más que eso, pero me imagino que para ello es necesario disponer de elementos como buhardilla, o golfes como decimos en Catalunya, un colchón sobre el suelo, una buena manta, una pequeña tele con lector de dvd, y sobre todo, sobre todo, una buena compañía, ese tipo de persona que nos hace sentir relajados, auténticos, acompañados, felices, y como no, excitados, tensos, deseosos... pero creo que el resto, es decir la gran mayoría, hemos tenido pocas actividades que se hayan podido compaginar con la lluvia, excepto los amantes del waterpolo a pie de calle, o los que son amantes del rafting, que cruzar la calle para ir al Mercadona era mucho más complicado que bajar el Noguera Pallaresa en plena época de deshielo.

Pero todo tiene siempre su lado bueno, espero que con la lluvia y la nieve, tengamos más lejano lo que este verano pasado nos tuvo en vilo, la falta de agua, me imagino que por la cantidad de gente que somos, por la falta de costumbre y sobre todo por lo paranoicos que somos, nos hizo sentir un peligro real.


Este fin de semana es de aquellos que invitan a no salir por la noche, a pesar de que se celebraba la castanyada, es más fin de semana de buena cena, de quedar con la gente y poder compartir un buen solomillo, o una buena sepia, sin buscar segundas lecturas o intenciones, que os veo venir, para ello hubiera puesto una buena butifarra y un exquisito bacalao...jajaja...


Pero el problema nace ahí, justo en ese instante, en el de quedar, con quien?.. cuantos?...los tuyos o los míos?... ese es el verdadero paradigma.


Yo soy una persona que cuando he tenido pareja, no he tenido ningún remilgo en presentarle a mis amigos, en salir juntos a cenar, a tomar una cerveza, a salir de fiesta por la noche, a hacer actividades físicas, ya sean deportivas o no, he preferido que si esa persona yo siento que es diferente, y que me hace feliz, por qué no mejor que se mezcle con mis amistades, y sea uno más, ya que los amigos son los que nos mantienen vivos, sí, ni tan siquiera la pareja, porque antiguamente las parejas eran para "siempre", ahora son para ahora, mañana?, mañana ya veremos.


De igual forma y manera, no he tenido ningún problema en buscar el contacto con las amistades de mi pareja, lo encuentro normal y lógico. Pero aquí me he chocado con formas muy diferentes de personas, provocando su forma de ver este tema, un comportamiento diferente en mí, y sobre todo una percepción muy cambiante en mi mente.


He tenido una situación, en la que una persona no quería mezclar las amistades, sobre todo las suyas, en cambio nuestra relación era magnífica, intensa, muchas horas juntos, y no era lo previsto, pero no quiso que sus amistades tuvieran contacto conmigo, en cambio no tuvo reparos en conocer a mi gente. Ello provocaba en mí una sensación extraña, sobre todo de desconfianza, porque hay momentos en los que te planteas que no está por tí, o que hay algo que no le hace el peso, y por ello no apuesta a que juegues parte de su vida, la vida que te está ocultando, o hasta barajas que el nivel de frikismo de sus amistades es tremendo, de ello que no los muestre. En definitiva la sensación es negativa. Luego todo cambia, cuando se decide a mostrarte a esas personas que son importantes en su vida, personas que conoces como si fueran de la familia, de tantas veces que se ha hablado, ves que es una apuesta tremenda por su parte hacia tí, que es como si en ese momento dijera "sí", pero la sensación es negativa, dentro de uno sigue esa imagen de desconfianza y dudas...


Otras personas han mantenido una relación cordial con mis amistades, y yo con las suyas, y... y... ha empezado otro tipo de guerra, esta es más complicada, más táctica, más subliminal, es la guerra de las incompetencias, la guerra de dominar el abanico de las amistades, sobre todo en el conflicto "las suyas-las mías", ahí sí que hay parejas que abandonan uno de los lados, y sin ser generalista, suelen ser que los amigos de él, pierden peso, importancia, y al tiempo hasta llegan a desaparecer, y yo opino que es un error, que hay que intentar buscar el equilibrio, que siempre es tan volátil y efímero, pero si se consigue, entonces haces que la pareja se encuentre bien, unos días para tí, otros para mí, compartiendo salidas con unos y otros, y seguro que hay elegidos, o preferidos, pero sobre todo que no haya eliminados...

También tengo mis hormonas femeninas, y sé, que muchas veces se intenta acabar con contactos que suelen ser turbadores de la paz de tu chico, más que nada, porque sabes que esas personas son las que en otras épocas han compartido mil noches de juerga, y siempre tienes la sensación de que ellas volverán a ese ritmo, pero hay que ser consecuentes, todos tenemos una madurez, los años pasan par todos por casi igual. Aunque muchas veces ni te cuento lo que puede llegar a pasar por la cabeza.

Capítulo a parte tienen las amistades del sexo contrario de tu pareja... para eso mejor otro día... no?

Yo apuesto por conocer a las personas, y una de las mejores formas de hacerlo, es conocer sus vínculos más cercanos, las amistades, porque la familia es mucho más complicado, yo diría que lo último, pero las amistades de alguien te dicen mucho de esa persona, de lo que ha sido, de lo que es, y sobre todo de lo que puede llegar a ser, ver como es de cariñosa con ellos, que amor recibe, cuanto da, qué trato, todo ello convierte a la persona en más humana, por tanto mucho más importante, y real...


Que tengáis un buen inicio de semana...