No perdaís la oportunidad... mirad al cielo esta noche...luna llena

porque sería una pena que os perdaís el espectáculo, porque ayer por la noche estaba preciosa, allí arriba, mirando a todos los transeuntes de la calle, a las parejas que caminan cogidas de la mano, a los que entran al bar, a los que salen, el que vuelve de trabajar, y el que va camino de su jornada, al que limpia, al que ensucia, al taxista, al que camina, todos estaban bañados anoche por los influjos de esa luna casi llena...

Pero hoy la teneís, luna llena, miedo me da... y además con privilegio, porque ha llovido en Barcelona, y eso hará que la atmósfera esté limpia, y que la podamos disfrutar, en su esplendor.

Es mi magia, el sol y la luna, mis dos fuentes de energía e inspiración. Me encanta sentir el poder del sol cuando voy en mi bici, sentir le calor que produce con sus rayos en mi espalda, notar como mi piel se va volviendo morena poco a poco, porque hoy en día doy miedo, jajaja, acabo de empezar con el culotte corto, y mis piernas parecen de nieve. Pero pronto él, mi aliado, me las volverá a poner de ese moreno gitano que tengo, que me encanta.

Y luego, cuando la ducha te ha reconfortado, y te diriges camino de la cena, con la oscuridad agradable de una noche de primavera sin frío ni calor, entonces caminando, levantas la cabeza y la ves a ella, tan bella, sutil, sublime, como enigmática, errática, escurridiza, despoblada, pero fuente de perturbaciones para mi, y para muchos hombres cancer, que de una manera u otra, estamos regidos por ella, por sus fases, así tal vez muchos estemos hoy en momento de apogeo, como esos palomos que sacan el buche, y se pavonean ante su paloma elegida.

Hoy es peligroso acercarse a un hombre cáncer, y más hacerlo en la alevosia de la nocturnidad, ya que siendo como somos, seductores en esencia, en estos momentos de influjos invisibles de la luna llena, nuestra peligrosidad se multiplica, al sentirnos, aunque solo sean por unas horas, muy seguros de nosotros mismos, así, luciremos nuestra mejor sonrisa, nuestra mirada más sugestiva, y ese buen gusto por las cosas, gracias a la sensibilidad que hoy rezuma en nuestra piel.

Alejaros de los hombres cáncer, al menos esta noche, no somos hombres lobo, pero sí que somos peligrosos...no caminéis solas en la oscuridad... ni les mireís a los ojos, porque estaréis perdidas...

Yo, esta noche, recogeré a mi pareja en el aeropuerto... seré su lobo... su hombre cáncer seductor...