viernes, 2 de octubre de 2009

Me cuesta despertarme...


Las semanas se me hacen eternas, los jueves son esos días en los que el cuerpo te dice que no te levantes, pero tu mente aún posee la fuerza, que no sabes bien de donde procede, que te empuja a dar el gesto, el de levantarte de la cama, porque una vez estás fuera, todo empieza a funcionar, a girar.

Pero el viernes, ay el viernes, es el día maldito, en ese el cuerpo no da señales de vida, y la mente, qué mente? no hay manera, imposible. Son minutos en los que no sabes si vives, o si por fin has entrado en el sueño absoluto, ni siquiera recuerdas si el despertador ha sonado una o mil veces, o si ni siquiera ha llegado a dar señal alguna... dudas de si lo programaste... y de pronto lo encuentras debajo de tu regazo, y mirás la hora, y ves que es momento de levantarse... pero no se puede, no hay energía, a lo sumo te giras y buscas el contacto de tu pareja, como intentando encontrar el apoyo moral para iniciar la jornada.

Pero es un gesto en vano, te transmite lo mismo... "que coño haces despertando a esta hora "...jjajaaj.. no lo dice, pero me lo transmite su paz, relajación y calorcito nocturno.

Pero estoy aquí. Vivo, después de un par de dosis de cafeína, sí, yo no soy de esas personas que si se toman dos o tres cafés al día ya no pueden conciliar el sueño, yo no, yo me meto en la cama y me desconecto, es una suerte, así que ya me veo delante de esta pantalla y fluyo, como a mi me gusta, sin buscar un sentido a las cosas.

Hoy me viene a la mente algunas conversaciones que he tenido en los últimos días, las ha habido muy interesantes, en una de ellas me he visto yo a mi mismo hablando de mi futuro, de mi vida, de como ha ido cambiando, porque tal vez es cierto que necesitaba un cambio, y como lo estoy disfrutando, saboreándolo, y ver como explicas, como dibujas, como otorgas puntos de alegría y de ensueño, como eres capaz de llevar a la prosa y al sonido sensaciones y sentimientos, me gusta, porque hablas con el corazón, hoy hablo de mi vida en unión con otra alma, que me complemente y me llena de muchas cosas que me ha costado encontrar antes, y que ahora fijo en mi destino y camino cogido de su mano, y me encanta la sensación de verme hablando de ello.

También he tenido conversaciones complicadas, en las que he ido viendo cual es la capacidad de adentrarme en situaciones que parecen muy complicadas, y como he podido ir desgranando cada segundo, cada instante, dándole forma a ideas que por separadas, parecen inconexas, pero que ubicadas con un ordén pueden llegar a dar un sentido difícil de ver.

Hoy me pasa, con mi mundo laboral, que es como el de casi todos, un complejo de situaciones que me desespera mentalmente, ya que estamos en un impass complicado, somos una multinacional que ha pasado en un año por ERE, despidos, y no sé cuantas cosas más, y ahora estamos a la venta. En todo eso, lo mínimo que puedes encontrar es el apoyo de tus compañeros, solo nos queda eso, pero ni por ahí. Ves artimañas, juegos sucios, ideas preconcebidas, que parecen inventadas por las mentes más inteligentes y perversas, opciones que te venden con mil diamantes, pero tal vez con una única intención, que desaparezcas y así aplanarles el futuro.

Todo eso hace que tenga que estar más atento que nunca, que no pueda dedicar mucho tiempo a otros aspectos de mi vida, que hasta mis horas de descanso y de compartir con mi pareja se llenen de estas situaciones, y que se generen miles de conversaciones sobre ello, pero es una fase, y sin que llegue a ser enfermizo, creo que es muy bueno que en pareja se hablen estos temas, es importante que la otra persona sepa que estás pasando por un momento X, ya sea bueno o malo, pero que lo sepa, que lo pueda asimilar, que entienda ciertas reacciones, yo soy de los que defienden el hecho de que al llegar a casa, es necesario un tiempo de reflexión, que lleva como no, a un tiempo de relajación.

Me encanta llegar casi a la vez, obligarla a sentar en el sofá, a pesar de que la cena está por hacer, pero no hay problema, luego entre los dos se prepara todo, pero es el momento de relajarse, de compartir, y ahora que estamos con la dieta no se puede, pero tengo que instaurar el tiempo de la copa de vino blanco, porque siempre he imaginado ese momento con una copa de vino blanco al punto de frío, con la imagen de la humedad que se transmite al lado externo de la copa, y así empezar a compartir, explicar, revivir, sacar, mostrar, decir como estamos, y preparar al otro, me encanta esa imagen, y lo que más me gusta es cuando es algo que se plasma en la realidad, que ya no es imaginación.

Gracias por compartir esos minutos cada vez que podemos, y de relajarte, es el mejor de los momentos del día, y en el que yo me lanzo a lo mismo, a relajarme. Es un placer hacerlo realidad cada día contigo.

1 comentario:

Asor dijo...

Se nota que está a punto esa luna llena.... jejejeje.
Animo, y me uno a ese brindis con vinito blanco
Buen finde!!!