De toda la vida... sin embargo...

Hace días que no escribo, en parte es porque esto del blog me lo tomé desde un principio como algo que se hace cuando te apetece, cuando te encuentras con la suficiente energía, gusto y exquisitez como para poder transmitir a los demás algo que tienes dentro, o tal vez para comentar detalles de la vida que te van sucediendo, solo de esta manera, sin presión y sin que nadie agobie, vas siendo la persona que narra y cuenta...

Estos últimos días, han sido un poco diferentes, tal vez porque empezamos a ver el sol, porque las horas del mediodía se tornan maravillosas, con esos 15 o 16 grados, en las que place pararse un momento y notar como te calienta la cara la fuerza de un sol que pronto nos regalará la primavera que está por llegar. Ayer pasé por la montaña, y ví que los almendros lucen esplendorosos sus flores blancas, o tal vez era otro tipo de árbol, creo que no, creo que eran los almendros... qué recuerdos me traen, bufff... de infancia, no vayáis a ser mal pensadas.. jajajaja...

Hoy quiero hablar de la mente de las personas, de como juega y sucumbe ante las situaciones que parecen que se nos ubican delante, y que sin darnos cuenta asume como certeras y habituales.

Por ejemplo, en casa todos hemos reestructurado alguna vez la ubicación del sofá, o de la tele, o tal vez del comedor en su totalidad, te tiras horas pensando como colocarlo, como ganar espacio, luz, como hacer sentir que tu reducido espacio es más grande de lo que en verdad es, parecemos diseñadores profesionales, tal vez nos atrevamos a realizar un boceto o dibujo, o tal vez sea simplemente sobre una servilleta de papel donde hagas esos trazos que marcan la idea de lo que de pronto te ha iluminado...

Así nos ponemos manos a la obra, en una jornada que pretende ser rápida y corta, pero que según vas moviendo, ubicando, probando, sentando, observando, volviendo a mover, validar y etc, consigues al final que algo se parezca a lo que tenías en mente, te sugestionas, te auto engañas, para aceptar que el éxito ha sucumbido una vez más, y que has conseguido tus objetivos, más que nada porque has quedado para cenar, y no vas a decir que no puedes ir, colocando una excusa como que estoy moviendo un sofá para conseguir que el sol entrante en verano no me de en la cara ya que gano varios metros cuadrados de espacio habitable... vamos que el otro te toma por desequilibrada total... jjajjaa...

Pero qué pasa cuando a la jornada siguiente, normalmente en día laborable, porque los movimientos se han comido un sábado o un domingo, o tal vez el finde entero, pues eso, qué pasa cuando al día siguiente metes la llave en la puerta, te traes contigo a toda la carga emocional y psicológica de un duro día de trabajo, parece que lleves una mochila donde se han ubiado tus jefes, compañeros, trabajos, personas de las que eres responsables, reuniones... vas con la mochila medio curbado... y abres la puerta, y de pronto, lo que debería ser tu hogar, lo que te hace relajarte sin haber puesto todavía un pie dentro, te sorprende, te asusta, porque la sensación es de que entras en un lugar nuevo, algo que no es "tuyo", tal vez han entrado a robar, o tal vez... tal vez es que eres idiota, y que no recuerdas que el finde se prodigó en eso, en un cambio de aires... todo te parece fuera de lugar, pero te alegra, porque en definitiva es lo que querías... tal vez tropieces con la mesita de las cenas rápidas delante de la tele, o tal vez tengas la necesidad de dejarte caer en el sofá de la típica manera de siempre, controlando los movimientos, ya que siempre te has dejado caer mirando esa figura que siempre ha estado ahí, pero hoy no, hoy no te puedes dejar caer, hoy te sientas... y miras a tu alrededor, y ves que las perspectiva es nueva... vas buscando los aciertos y los fallos, pero no mueves nada, tu cuerpo y tu mente no están preparados para imaginar...

Así pasan unas semanas, tal vez ni un mes... y vuelves a entrar por la puerta, con la mochila como siempre... o peor... y dejas las llaves sobre el cenicero, con un gesto mecánico, colocas la bolsa sobre la silla, sin mirarla y con un movimiento veloz del brazo, y te lanzas y te dejas estirar sobre el sofá, sin mirar más que tus ojos cerrados... y si te pararas a pensar en ese momento, y si te preguntarás como estaba el comedor antes, serías capaz de recordarlo, como estaba todo... no, cuesta, porque la mente recoge rápidamente los cambios, y los asocia a algo que existe desde siempre, pero cuando se siente bien, cuando es feliz y compensada con buenos momentos de esos cambios, se amolda, y parece que no hubiera existido otra posibilidad para esa distribución, que los muebles, sofá, mesitas, y demás, estuvieran soldados al suelo y que nunca se hubieran movido...

Y con las personas ??? Quien no ha vivido momentos en los que ha notado el calor de otra persona, su compañía, la mano encima del hombro, su fuerza, su voluntad, su presencia, sin ni siquiera estar, tal vez sin ni siquiera haberla visto en un par de semanas, pero es como si fuera de toda la vida, en cambio te preguntas, y miras hacia atrás, y no, hace apenas nada de tiempo que anda metida en tu vida, novedad, sorpresa en un primer momento, tal vez hasta miedo, porque irrumpe de pronto, sin llamar a la puerta, sin ni siquiera pedir permiso, y eso te irrita, y a la vez te excita, porque te sientes acompañada, pero también te sientes violentada, o mejor dicho, no te gusta sentirte vulnerable y de pronto esa persona lo es, miras al cielo por si vieras caer un foco de una vida que no es tuya, y que de pronto es la vida que alguien parece conocer, como si siempre hubiera estado ahí, revives sus palabras, sus comentarios, las distribuyes cual muebles, las ubicas, las piensas, las haces tuyas, y sin querer y como por arte de magia, ya no es una novedad, ya no es una sorpresa, ya no te sientes vulnerable, todo empieza a ser diferente, te notas protegida, entendida, compañera, amistad, pasos a la vez, sonrisas compartidas, vidas comunes... y te preguntas, desde cuando te conozco, de toda la vida, verdad ????... sin embargo... no es así... aunque me gustaría que hubiera sido así...

Un beso de buenos días...